lunes, 18 de enero de 2010

Fotografías anónimas y objetos del subconsciente.

Gracias al suplemento Babelia de el diario El País del 16 de enero de 2010, http://www.elpais.com/archivo/comprapdf.html?d_date=20100116 , conozco www.benveniste.com. Una exposición realizada a partir de fotografías de autores poco conocidos e incluso fotografías anónimas donde tan importante como lo que se muestra es cómo se muestra y estructura la selección de imágenes realizada por ROBERT FLYNN Jonson, http://www.sfai.edu/People/Person.aspx?id=27&navID=138&sectionID=4&typeID=13

del San Francisco Art Institute, http://www.sfai.edu/

 

Y planteo esto porque para muchos fotoaficonados la fotografía no tiene sentido sin exponer sus obras en una sala o museo digno y a la altura de su trabajo. Y la calidad de una afición como entendido y conocedor del tema se mide por el número de obra expuesta y hasta por el tamaño de sus copias. Burro grande, ande o no ande. Del mismo modo que  un  escritor tanto vende tanto vale. Y la promoción del best seller es hasta más importante que el contenido del libro en sí. Pero hasta cierto punto. Pues llega un momento que muchos libros te parecen pura palabrería barata. Lo mismo puede pasar con las imágenes y las fotografías expuestas o impresas en revistas, catálogos y libros. Una sucesión de estampas que poco transmiten al espectador por muy elaboradas y trabajadas que estén y por muy punteros que sean los medios técnicos, léase cámaras y lentes u objetivos, con las que se han obtenido y manipulado, pc’s y programas al uso.

 

Puede que sea el paso del tiempo lo que trasforma determinadas imágenes en algo atractivo y puede que queramos hacer algo atractivo haciendo fotografías como si fueran de otro tiempo. O fotografiando objetos y situaciones de otro tiempo. Pero no sólo el paso del tiempo influye en la calidad de una imagen, calidad subjetiva claro, porque de reglas y teorías está el mundo lleno y, sinceramente, hace tiempo que poco importan los cánones, salvo para los más débiles e influenciables.

 

Y por último, pero no menos importante, el subconsciente, tan olvidado y desacreditado en esta época consumista en exceso. Pero quizá, ya no sé si el subconsciente o el consumismo, nos explicaría la belleza de muchas fotografías que consideramos atractivas.