La estoy viendo estos días previos a photokina 2008 y siento que me
estoy enamorando de esta pequeña gran cámara. En color burdeos resulta
llamativa, en azul también es atractiva, pero la negra..., la clásica,
el color más tradicional, es una apuesta segura de la que no te
arrepentirás ni te aburrirás... Con objetivos intercambiables y esas
curvas, acentuadas y muy provocadoras, atrapa tu atención. Quizá un poco
pequeña para enseñarla, pero por eso mismo muy cómoda de llevar en
cualquier parte, incluso como colgante. Los enganches, gran acierto,
para la cinta son de una profesionalidad que ya quisieran algunas. La
pantalla da mucho juego y puede ser muy entretenida a la hora de editar
y retocar. La única pega, el precio, se habla de 800 euros, algo
elevado, pero se trata de un artículo de auténtico lujo no apto para
aficionados y domingueros. La fama cuesta, y siempre te quedará el
objetivo para futuros cuerpos. En resumen, que estos cambios de
tendencias en el actual mercado de las compactas, muy saturado en
modelos, se agradece enormemente y esta cámara dará mucho que hablar, no
sólo por el sistema cuatro tercios, el puro (18x24, 30x40..., os
acordáis?). Yo me quedo con la belleza de su estética.