lunes, 1 de diciembre de 2008

FG BW

Los amantes de la fotografía analógica tradicional estamos de enhorabuena. Equipos punteros e inalcanzables en otra época al alcance de aficionados, una Nikon F100 por 200 euros es una verdadera ganga. La pega, para muchos, es que utilizan carrete, que hay que revelar y positivar o escanear. Que es lo que se ha hecho toda la vida.
La idea es clara, menos fotografías pero más pensadas, y por tanto con posiblemente menos margen para el error.
El siglo pasado se hablaba de visualizar la fotografía antes de captar el momento. Por tanto disparar al estilo ametralladora realizando mil fotografías en una mañana no tiene sentido para un aficionado o profesional que proviene del mundo analógico, salvo que se deje margen para el azar.
La fotografía digital cada vez está más cerca de la informática que de la fotografía en sí. Capturar la realidad, bella o no, plasmar la belleza, cuanto más mejor, idealizar los objetos o lugares,... todo ha tenido su tiempo y su momento. Muchos aficionados deseamos los últimos avances en ópticas y dispositivos con la ilusión de conseguir una imagen perfecta, en nitidez, colorido, composición, temática, etc y que encima mueva sentimientos. Cerca estamos de poder hacer esas imágenes sin salir de casa, tan sólo uilizando programas de creación y retoque. La informática como arte?

Últimamente busco una explicación a por qué me gusta más el BW y utilizar cámaras clásicas, como la Nikon F301, que me está sorprendiendo mucho y espero seguir utilizando muchos años.
En noviembre de 2008 utilicé un Ilford XP2 con la Nikon FG y el 50mm f 1.8.